(Entrevista de
Antonio José Trigo a Albano Martins)
AJT: ¿Cómo fueron esos primeros encuentros con
las palabras, su unión total en los poemas, y esa posterior evolución hacia un
lenguaje como ˝vocación de silencio˝?
AM: Difícil es ahora —y difícil será siempre—
decir cómo fueron esos encuentros, los primeros encuentros con las palabras. Lo
que sabemos, eso sí, es que ellas nos esperan, alborozadas, desde el principio
del mundo. Al principio era el verbo. Pero el verbo es también el fuego, y es
la carne (˝y el verbo se hizo carne˝), y es la sangre. Por eso es que, al decir
palabra, también decimos vida, llama, energía.
Palabra: parábola. Más que el nombre de las
cosas, el discurso de la alegoría, de la comparación. O de la metáfora también.
Exultación, exaltación. Revelación, ocultación. La voz y su eco. O su silencio.
Es esta nuestra vocación, nuestra condena.
AJT: La poesía, ¿no es una, indivisible?
AM:
Evidentemente. Una naranja es siempre una naranja: en Australia, en Japón, en
las Antillas… Tiene características que la definen como fruto, la distinguen de
otros frutos: de una manzana, de un melocotón… Es así la poesía. Una,
indivisible, como dices. Independientemente de las escuelas literarias, de las
tendencias, de los dogmas y de las modas. En todos los tiempos y lugares. En
cualquier latitud o longitud.
AJT: ¿Qué opinas de las aproximaciones críticas
a la poesía? Hay una mayoría que se pierden en visiones unilaterales
mencionando exclusivamente las constantes temáticas. ¿No es hora ya de poner
énfasis en el trabajo a nivel de la palabra, o bien en las inquietudes de los
signos de vanguardia?. Hacer críticas globales, totales, que contemplen los
itinerarios vitales literarios de cada cual. ¿Qué piensas?
AM: Uno de los equívocos del estructuralismo
fue, en mi opinión, el de considerar la obra literaria como una construcción
independiente de su autor. Los objetos no existen por sí mismos, cargan consigo
—forzosamente, fatalmente— las marcas de la personalidad y, desde luego, de la
subjetividad de su creador. No menos equívoca, sin embargo, es la
interpretación de la obra a través de la biografía. Pienso que sí, que es ˝al
nivel de la palabra˝ que debe ponerse el énfasis, cuando se aborda la creación
poética. Hace un año atrás, conversando conmigo, Antonio Ramos Rosa me decía
que la poesía no tiene que tener ˝mensaje˝. Estoy de acuerdo. Pienso que ella
no debe, de hecho, colocarse al servicio de nada ni de nadie, que debe ser ella
misma, y eso le basta. El tiempo de la partición de la poesía (y de la
literatura, en general) está, felizmente, y ojalá que definitivamente,
traspasado.
AJT: En tus poemas hay claridad. Allí coexisten
la precisión de la imagen con la fluvial imprecisión de la música; la distancia
metafórica y la participación afectiva; la nostalgia y la presencia…
¿Interioridad y exterioridad, la misma cosa?
AM: Sí, juzgo que uno de los trazos más evidentes
de mi poesía es su carácter apolíneo, su claridad, como dices. Ese carácter
—pienso yo— deriva tanto de mi naturaleza de meridional, del hombre del sur,
como de mi idiosincrasia más profunda. Gusto de las navegaciones abiertas, de
las líneas nítidas, precisas, de los precisos relieves. Sabiendo en buena hora
que la luz es sólo el otro lado de la sombra, que en la presencia se implica la
ausencia. Que vida y muerte son, al final, las dos caras del mismo rostro.
AJT: Las palabras, entonces, como partituras,
como matriz musical, o como pinceladas, como manifestación pictórica. Es un
hecho la colaboración estrecha que mantienes con algunos pintores portugueses
como Julio, Aureliano Lima, Avelino Rocha, Luis Déme, Resende, Armando Alves,
Tiago Manuel, etc., realizando ediciones y proyectos formales donde aúnas
poesía y pintura. ¿Cómo surge esta mutua influencia?
AM: No sé si la vieja fórmula horaciana ut
pictura poesis
mantiene alguna actualidad. Pero, si la poesía no es ˝como una pintura”,
hay, por lo menos, una poética de la pintura, como la hay de otras artes. Y hay
también una poesía del color, de la línea, del trazo….
Mi relación con la pintura es antigua. Pero
también lo es con la música. Si no fuese poeta, sería probablemente compositor
o pintor. A través del lenguaje, procuro sorprender las omnímodas y secretas
pulsaciones de lo real. Heráclito creía que del movimiento proviene toda la
armonía del mundo. Panta rei. Todo fluye. Todo es ritmo, número, cadencia.
Es verdad que algunas veces llamo a colaborar
conmigo artistas plásticos portugueses. Diálogo intersemiótico llama la
profesora y ensayista Vera Vouga la relación que, en un libro que publiqué en
1988 (Vertical el Deseo), se establece entre mis poemas y los dibujos de José
Rodrigues que los acompaña. Juzgo que ella, sin saberlo, responde a tu
pregunta.
AJT: Lecturas enriquecedoras…
AM: Los poetas, leo siempre a los poetas, los
grandes poetas, los que traen consigo un lenguaje nuevo, una visión nueva del
mundo y de la vida. Ellos son los verdaderos demiurgos, por ellos el universo
se (re)crea y acrecienta, el misterio se verbaliza y hace música, palabra
esencial. Dedico algo de mi tiempo —el que me sobra, no mucho, de lo poco que
dispongo— al ensayo. Cuando es verdaderamente creativo, como el de Octavio Paz
y Eduardo Lourenço. Pero tengo siempre presentes las palabras de Rilke al joven
poeta Kappus: “Lea el menor número posible de trabajos críticos y estéticos
(…). Las obras de arte son de una soledad infinita: para abordarlas, nada peor
que la crítica. Sólo el amor puede aprehenderlas…”
AJT: Planes para con la poesía: futuros libros,
inéditos, constancia con la poesía…
AM: Ya lo he dicho algunas veces: mi relación
con la poesía, felizmente intensa, felizmente apasionada, es una relación
descomprometida. De entera disponibilidad, sí, pero también de libertad.
Compromiso, compromiso auténtico, indeclinable, el que tengo con la vida. No me
siento, por eso, obligado al sedicioso comercio con las palabras, a su uso
diurno y nocturno, como Horacio aconsejaba que se frecuentasen las obras de los
autores griegos. Las visito, o ellas, las palabras, me visitan, en ocasiones
dictadas, por la urgencia o por la necesidad. Más tengo algunos proyectos, sí.
Me gustaría, en primer lugar, reunir en volumen (no tengo título para él) los
poemas que, en los últimos años, publiqué dispersamente en diarios y revistas.
Algunos prolongan un libro salido en 1980, la que llamé Inconcretos dominios; otros tienen
motivaciones diferentes. No sé si el conjunto daría tal vez un libro, pequeño,
sin embargo, y de difícil unidad. Y tengo algunos poemas —inéditos, en su
mayoría— que, reunidos, daría probablemente otro libro. Un día de estos voy a
revolver en los papeles y adivinarle las formas, presentirle la respiración. El
nombre que escogí para él anda desde hace mucho en mi cabeza: Una colina
para los labios.
Será el tercero de una trilogía (los otros dos, ya publicados, son La Margen
del Azul
y Vertical el Deseo) que espero un día reunir bajo el título de Tres poemas
de amor.
Y tengo aún otro proyecto: terminar un libro al que llamo (provisionalmente) Los
anillos de Saturno,
del cual es parte integrante un conjunto de poemas publicados en 1990 con el
título de Los peldaños de la memoria. Desgraciadamente este librito, por razones que
me sobrepasan y apenan, no entró en los circuitos comerciales. Sólo algunos
amigos tuvieron acceso a él, lo recibieron como presente.
Planes a largo plazo no tengo. No programo mi
vida. No meto la poesía en la computadora.
(Entrevista dirigida y traducida por Antonio
José Trigo, publicada en La Cuerda del Arco, mayo 1991, pág. 4)
ALBANO MARTINS
Poeta portugués, nacido en la
aldea de Telhado (concejo de Fundâo, distrito de Castelo Branco, provincia de Beira
Baixa) en 1930.
Estudió Filología Clásica en
la Universidad de Lisboa. Entre 1956 y 1976 impartió clases como profesor de
enseñanza secundaria y, desde 1980 hasta su jubilación en 1993 desempeñó el
cargo de Inspector Coordinador de la Inspección General de Enseñanza.
Posteriormente, retomó las actividades docentes en la Universidad Fernando
Pessoa de Oporto. Pertenece a la misma generación literaria que Raúl de
Carvalho, Luís Amaro, José Terra, Antonio Ramos Rosa y otros, que fundaron la
revista Árvore (Árbol) en 1951, con vida hasta 1953.
Su poesía se caracteriza por
su brevedad y concentración (a veces, le basta una palabra o una imagen);
aunque también se vale de recursos más complejos, como los ritmos y palabras
rotos alternados con una métrica equilibrada, ambigüedad de sentidos... El tono
predominante es la serenidad, a veces convertida en melancolía, pero que
siempre asume la falta de realización de las ilusiones. Son versos cuidados, de
retoque final esmerado.
Ha realizado además numerosas
traducciones de poetas españoles de la Generación del 27 (Juan Ramón Jiménez,
Pedro Salinas,
Rafael Alberti,
Jorge Guillén,
Gerardo Diego
y otros), y ha escrito algunos libros sobre el tema.
A principios de la década de
los 80 formó parte con otros escritores de la Comisión de Instalación del Museo
Nacional de Literatura de Oporto, y en 1987 preparó una Antología sobre el
poeta simbolista portugués Eugenio de Castro,
con prefacio suyo. Colaboró en innumerables periódicos y revistas portuguesas,
españolas y brasileñas; participó en numerosos congresos literarios (el
"XXI Congreso Brasileño de Lengua y Literatura" organizado por la
Universidad del Estado de Río de Janeiro se le dedicó bajo el título 40 Años
de Vida Literaria) y fue miembro de varias instituciones culturales portuguesas,
entre ellas la Associação Portuguesa de Escritores y de la Associação
Portuguesa de Tradutores.
Por otro lado, ha recibido
varios premios por su labor poética y de traducción, y su obra es ya objeto de
estudio para los críticos portugueses. Muchos de sus poemas han sido traducidos
a otras lenguas: español, inglés, chino y japonés.
Obras
Poesía:
Secura Verde (Sequedad
Verde, 1950); Coração de Bússola (Corazón de Brújula, 1967); Em
Tempo e Memória (En Tiempo y Memoria, 1974); Paralelo ao vento (Paralelo al
Viento, 1979); Inconcretos Domínios (Indefinidos Dominios, 1980); A
Margem do Azul (La Orilla de Azul, 1982); Os Remos Escaldantes (Los Remos
Escaldantes, 1983); Sob os Limos (Debajo de las Algas, 1986); Poemas
do Retorno (Poemas de Regreso, 1987); A Voz do Chorinho ou os Apelos da
Memória (La Voz del Sollozo o las Llamadas de la Memoria, 1987); Vertical
o Desejo (Vertical el Deseo, 1988); Rodomel Rododendro (Rodomiel
Rododendro, 1989); Vocação do Silêncio (Vocación de Silencio,
1950-1985, incluye "As Vogais Aliterantes", Las Vocales Aliterantes);
Os Patamares da Memória (Los Descansillos de la Memoria, 1990); Entre
a Cicuta e o Mosto (Entre la Cicuta y el Mosto, 1992); Uma Colina para os Lábios (Una Colina
para los Labios, 1993); Com as Flores do Salgueiro (Con las
Flores de Sauce, 1995); O Mesmo Nome (El Mismo Nombre, 1996); O Espa o
Partilhado (1998); A Voz do Olhar (La Voz de Mirar, 1998); Escrito
a Vermelho (Escrito en Rojo, 1999); Agenda Poética 2000 Albano
Martins, 2000; Secura Verde (2000); Assim São as Algas
– Poesia 1950-2000 (2000); Antología Poética (2000); Frágeis São as
Palavras (2004); Três Poemas de
Amor Seguidos de Livro Quarto (2004); Agenda Poética
2005 (2005); 25 Quadras de
Natal (2006); Agenda Poética
2008 (2008); Assim a Cal, Assim
o Musgo (2008); As Escarpas do Dia
(2010). Algunos de sus poemas están insertos en obras colectivas.
Traducción:
O Essencial de Alceu e Safo (Lo
Esencial de Alceo y Safo, 1986); Cantos, de Giacomo Leopardi (1986); Cántico
dos Cánticos, de Salomão (1988); Dez Poetas Grecos Arcaicos (Diez
Poetas Griegos Arcaicos, 1991); Dez Poetas Italianos Contemporáneos (Diez
Poetas Italianos Contemporáneos, 1992); Os Versos do Capitão, de Pablo
Neruda (Los Versos del Capitán, de Pablo Neruda, 1996); Canto Geral, de
Pablo Neruda (1998); Antologia Poética
de Rafael Alberti (1998); 50
"Xiaoling", de Zhang Kejiu (1998); Do Mundo Grego
Outro Sol – Antologia Palatina e Antologia de Planudes (2002); O jardim
adormecido e outros poemas, de Mahmud Darwich (2002); Pequena Antologia
da Poesia Palestiniana Contemporânea (2004); Cadernos de
Temuco, de Pablo Neruda (2004); Cantos, de Giacomo
Leopardi (2005); As Núpcias
Silenciosas, de Lourdes Espínola (2006); A Mãe na Poesia
Portuguesa (2006); A Letra e as
Tintas (2006); Livro das
Perguntas, de Pablo Neruda (2008); Antologia da
Poesia Grega Clássica (2009).
Prosa:
Realismo e
modernidade na poesia de Cesário Verde (2008); Circunlóquios (2000).
Literatura
Infantil/Juvenil:
Uma casa à beira
da floresta (2008); A Queda de um
Anjo, de Camilo Castelo Branco (2008); As Pupilas do
Senhor Reitor, de Júlio Dinis (2008).
Organización
de ediciones:
Uma Palavra para
Todo o Sempre! (2002); Nos 50 anos de
Árvore Folhas de Poesia (2003); Um nome para uma
Escola : Almeida Garrett (2006); Homenagem a David
Mourão-Ferreira (2006).