25/7/11

Para Adam Rubalcava (1892-1984)

Hace poco, al visitar a mi madre, quien anda entretenida hurgando y poniendo en orden papeles, recortes de periódico, etc., del legado que mi tío Juan Cervera fue enviando a su madre durante treinta años desde México D.F., me dio una hoja impresa de título “Preludes”, cinco poemas en francés del poeta mexicano Adam Rubalcava, con correcciones y normas para la imprenta, que en 1986 su hija Cristina, reconocida pintora, había enviado a mi abuela Asunción Sanchís desde su residencia de París, donde vivía y sigue viviendo. La sorpresa fue comprobar que adjunta a la hoja había otra con mi traducción de dichos poemas al castellano, algo que no recordaba en absoluto.

Además, a esa hoja poética de Rubalcava le acompañaba una curiosa y entrañable esquela que decía: “Adam Rubalcava, nuestro admirable padre y amigo, el 15 de agosto de 1984 tuvo que responder al llamado de María, por lo tanto ya no podrá recorrer sobre sus piernas de caminante las vías reales que siempre lo acogieron. Nosotros nos hemos hecho portavoces de poemas que él hubiera entregado en mano propia”. Por tanto, pueden ser considerados estos “Preludios” como los últimos poemas escritos en vida por el poeta.

Por aquel entonces, el poeta sevillano Javier Jiménez (sobrino del universal Juan Ramón Jiménez), se hizo eco de estos “Preludios” y de esa esquela, que a él también le envió Cristina Rubalcava desde París, en las páginas del diario ABC de Sevilla (1).

Adam Rubalcaba había entablado amistad con mi tío el poeta Juan Cervera, residente en México desde 1968, por lo que sabía que en Lora del Río residía su madre, a quien visitó finalmente en 1977. Lo recuerdo como una persona grandota (alrededor de 1,90 m. de altura), y muy tierna, con algo de caballero quijotesco. Más tarde supe que había escrito muchas páginas profundas sobre el héroe de Cervantes.

Me encargué de acompañarlo por el pueblo, y confieso que me costaba seguirle el paso rápido y firme que llevaba. Un joven de 16 años siguiendo a un hombre elegante y discreto de 85 años. Fue significativo que durante el recorrido sólo se detuviera en un par de pastelerías, agradeciéndome con unos dulces mi tarea de “cicerone” por las calles de Lora del Río.

Años más tarde me enteré que había sido un auténtico trotamundos, habiendo recorrido a pie todo México de un extremo a otro, y que hizo lo mismo con Europa y Asia, habiendo dejado un extraordinario legado fotográfico de sus numerosas caminatas por tres continentes, siendo París, Madrid y Sevilla, sus tres ciudades predilectas. A este respecto, en noviembre de 2010 su hija Cristina organizó en la Maison du Mexique de la Cité Internacionale Universitarie de Paris, una exposición fotográfica con parte de su legado, bajo el delicioso título: “A través de la mirada. Un hombre, un río”.

Este hombre inquieto, nacido en Toluca (México) en 1892, fue un hombre curioso y aventurero, con formación autodidacta, que tuvo relaciones y amistad con artistas, periodistas, compositores, poetas y escritores de varias generaciones de México y de España. Editor y tipógrafo, amante de la naturaleza, del aire libre y de la arqueología, astrónomo, diseñador y hacedor de jardines, arquitecto, articulista, ensayista y cronista, fotógrafo, pero, por encima de todo, poeta, aunque publicara su primer libro de poemas (“Arroyo escondido”) a la edad de 78 años. Una poesía la suya de gran fuerza lírica, apartado de efímeras modas, que cultivó hasta su muerte de manera prolífica, editando sus propios libros en la editorial que fundó y a la que llamó “Candil”.

Entre los libros que publicó Adam Rubalcava destacamos los siguientes: “Puebla de los Ángeles”, “Dulcinea. Llama viva”, “Por la luna canticando”, “Arroyo escondido”, “Por si las moscas”, “Un río que ya no dará a la mar”, “España: tierra y sueño”, “Toda llena de gracia”, “Cinco madrigales y una endecha”, “Un lugarejo”, “Este Madrid”, “Año espiritual”, “Bajo tu sombra verde”, “Pátzcuaro” y “Bajo Tu sombra verde. Ramillete de Cantares Tomados De Varios Autores, Compuesto Para Señalada Loa y Muy Íntimo Regalo”

Incluido en la antología “Pájaros de Hispanoamérica”, compilada por Augusto Monterroso, “su obra puede compararse –al decir de Thelma Morales— con la de Juan Rulfo, Rubén Bonifaz Nuño, Ernesto Cardenal, Luis Cardoza y Aragón, Julio Cortázar y Juan Carlos Onetti. De la misma manera, a lo largo de su vida sostuvo una rica correspondencia con personalidades como León Felipe, Luis Cernuda, Andrés Henestrosa, Salvador Novo, José Gorostiza, Alí Chumacero y José Emilio Pacheco. Por estas razones, Adam Rubalcava encarna las interacciones y los vínculos entre la literatura española y la mexicana; entre las imágenes plásticas y las metáforas” (2).



Por ejemplo, aquí, en Sevilla, nos consta que mantuvo relación y amistad con poetas como Joaquín Romero Murube y Juan Sierra, entre otros. Fue este último quien, en una reseña literaria al libro de Rubalcava “Arroyo escondido”, escribió magistralmente que “estos poemas se imprimen en nuestra memoria con limpieza y con agrado, con la firmeza y sequedad de una buena bebida, sin dulzainas de envíos filosofales. (…) versos llanos y humildes, sin más pretensiones de altiva resonancia; más no por esta sencillez menos amplios y olorosos, menos sugeridores. En esta poesía no hay dudas; no existen escondrijos ni tartamudeces; es recta y fácil, con la apacible y sonora facilidad de unos compases de Mozart” (3). Un elogio éste que se puede extender a toda la obra poética de Adam Rubalcava, y con el que terminamos este humilde homenaje a tan extraordinario hombre que permanece en nuestra memoria.


Antonio José Trigo




NOTAS:


(1).- Javier Jiménez, “No volverá Rubalcava”, ABC Sevilla , sábado 26-4-1986, pág. 41.

(2).- Thelma Morales García recordó la aventura poética de Adam Rubalcava”, http://www.conaculta.gob.mx/estados/oct08/10_edo02.html)

(3).- Juan Sierra, “Adam Rubalcava, un mexicano amante de España”, en ABC Sevilla, 20/03/1971, pág. 25.




Adam Rubalcava


PRELUDIOS

A Eléonore Foch,
En el cielo de Bucarest.

(Homenaje a Debussy)


París
1983



OTOÑO

El último sol se acerca
al fuego.
El hogar abriga la luz
de tu espíritu.

Corot encierra la dulzura
de la hora.

Un libro aguarda…

En el mirar, mudo, se mira
el silencio.



VIEJO

En la sombra, el misterio.
Tu aliento por todas partes.

Sobre el teclado, tu mano.
Caricia. Sonido.

(Beethoven llora)



MIRADA

¡Abril todavía!

En la luz tu voz.
En el aire tu risa.

Esta risa suave, fresca, cristalina.
La risa de este bello día…

¡Abril! ¡La luz!

Abril….



MAÑANA GRIS

Mi cuarto. La penumbra…
Sobre los muros mis sueños.
La ventana. El bosque de los techos
se clava en la bruma.
Domingo.
En la penumbra tu imagen….

Llora.



LEJOS

Mediodía.
La luz duerme.
Persona.
Un retrato…

El tiempo sonríe.


(Traducción de Antonio José Trigo)




POEMAS ORIGINALES EN FRANCÉS:

Adam Rubalcava

PRELUDES

À Eléonore Foch, dans
le ciel de Bucarest.

(Hommage á Debussy)


Paris
1983



AUTOMNE

Le dernier soleil sápproche
du feu.
Le foyer abrite la lueur de
ton esprit.

Corot renferme la douceur de
l´heure.
Un livre attend…

Dans le miroir, muet, se regarde
le silence.



VEILLE

Dans l´ombre, le mystère.
Ton haleine partout.

Sur le clavier, ta main…
Caresse. Songe.

(Beethoven pleure)



MIRAGE

Avril encore!

Dans la lumière ta voix.
Dans l´air tan rire.

Ce rire suave, frais, cristallin.
Le rire de ce beau jour…

Avril! La lumière!

Avril….



MATINÉE EN GRIS

Ma chambre. La pénombre…
Sur les murs mes revés.
La fenêtre. La forêt des toits
s´enfonçant dans la brume.
Dimanche
Dans la pénombre tan image…

Il pleut.



LOIN

Midi.
La lumière s´endort.
Personne.
Un portrait…

Le temps sourit.




Adam Rubalcava