7/5/09

A propósito de “Rapsodia de lo oscuro ofreciente”


En Colombia y algunas otras naciones latinoamericanas, el nombre del joven autor ibero Antonio José Trigo, uno de los escritores más sobresalientes de la posnovísima generación de poetas españoles, es conocido tanto por su obra dispersa en varias publicaciones literarias de México, Brasil y nuestro país, como por su labor editorial realizada desde la revista “La Cuerda del Arco”.

Nació en Lora del Río (Sevilla), en 1961. Ensayista, poeta y dibujante. Su libro primero lo tituló “La piedra y el bosque de su efigie” (1986), obra cuyo contenido anunciaba a un poeta serio, estudioso, buceador del lenguaje y perfeccionista del estilo, capaz de ascender con su verso a esos estratos de la conciencia, del conocimiento y del ser a los cuales pocos escritores osan aproximarse con la poesía. Tiene un libro inédito de haikús, “Alfileres de jazmín”, que le consagra entre los más afortunados cultores contemporáneos del género en España.

Escrito entre 1985 y 1988, “Rapsodia de lo oscuro ofreciente” es un singular canto al amor que elude, con la elegancia de su lenguaje y la densidad filosófica de sus ideas, los usuales tópicos temáticos de quienes tratan lo amoroso en sus extensiones individuales o de pareja. Hilada en versos libres que se estructuran como partes independientes de un canto general, la circunstancia amatoria del autor, la citada rapsodia recorre con herméticas metáforas, a veces, y con imágenes directas y concretas en ocasiones, toda la escala emocional de dudas, de negaciones y afirmaciones que el ser humano se formula cuando tal estado del alma rompe con la serenidad del espíritu, colocando al lector en un punto intermedio entre la inexplicable vastedad metafísica y sicológica del amor, y sus manifestaciones cotidianas razonables. En este poemario, la mujer y el hombre se encuentran con sus presencias de tiempo y espacio y materia, no para resolver la soledad ajena ni para responder al llamado de los sentidos, sino para contemplar cada uno desde el otro, ayudados por el éxtasis amoroso y la melancólica sabiduría que se desprende del mismo, las categorías cósmicas del ser humano.

Este libro, breve e intenso en que el juego temático del amor es elemento de la búsqueda de unidad del hombre con el universo, es testigo estético de quien recorre con su poesía un camino frecuentado sólo por aquellos tantristas que del amor aprendieron a descifrar sus secretos de corporeidad como entrada a una trascendente concepción cosmológica de dicho sentimiento, diciéndole sí al mundo físico con sus limitaciones de tiempo, mortalidad, distancia y olvido. La de este libro es poesía visionaria, impávida en su filosofar pero respetuosa del sentimiento de lo bello que debe acompañar a la palabra convertida en verso.

Humberto Senegal


[A propósito de mi libro “Rapsodia de lo oscuro ofreciente” (Aquilea, Cuadernos de poesía II, Málaga, España, mayo de 1989), el poeta colombiano Humberto Senegal escribió este artículo en el diario “La Patria” de Manizales (Colombia), el miércoles 11 de octubre de 1989). Respecto a los otros dos libros que menciona, debo decir que el primero (“La piedra y el bosque de su efigie”, publicado en 1986) lo he reescrito de nuevo, y permanece inédito con otro nombre; y el segundo (“Alfileres de jazmín”, una colección de haikús) permanece inédito con el mismo nombre.]